A la parte de tierra, por do corre la muralla, tiene un baluarte, llamado San Andres, con seis piezas de artillería, que juegan á todas partes, y algunos pedreros; y mas adelante, otro traves, llamado San Gabriel, frontero del Parián de los Sangleyes, con otra tanta artillería, y ambos con algunos soldados y guardia ordinaria.
La muralla tiene bastante altura, con pretiles y almenas para su defensa á lo moderno; terná de box, que se anda todo por lo alto, una legua, con muchas escalas anchas, de la misma sillería, á trechos por de dentro, y con tres puertas principales de ciudad, á la parte de la tierra, y otros muchos postigos al río y marina, para el servicio de la ciudad en partes convenientes, que unas y otras se cierran antes de anochecer, con la ronda ordinaria y se llevan las llaves al cuerpo de guardia, de las casas reales; y á la mañana, siendo de día, vuelve con ellas la ronda á abrir la ciudad[1].
En la plaza de armas estan los almacenes reales, en que se guarda y entra todo lo que es municiones y bastimentos, jarcia, hierro, cobre, plomo, artillería, arcabuces, y otras cosas de la hacienda real, con sus ministros y oficiales particulares, que está á cargo de los oficiales reales.
Junto á estos almacenes está la casa de la pólvora, con su maestro, oficiales y forzados, en que de ordinario muelen treinta morteros pólvora, y se refina lo que se daña[2].
En otra parte de la ciudad, en sitio conveniente, está la casa de la fundición de la artillería, con sus