recibida la administracion destos Naturales, por vía de justicia, y á visita y superintendencia de los Obispos, como de su parte se procura[1].
El gobernador y audiencia real de Manila asisten á lo que conviene proveer y encaminar para el mejor espediente, y aumento desta conversion, y administracion de los Naturales, y sus doctrinas; así, haciendo á los encomenderos que acudan á los religiosos é iglesias de las encomiendas, que gozan, con los estipendios, y gastos necesarios de las doctrinas; como proveyendo de la hacienda real, lo que desto le toca, que no es lo menos[2], ordenando cualesquier otras cosas que se ofrecen proveer, y remediar, en orden á las dichas doctrinas, y aprovechamiento de los Naturales, á que también se acude por parte del Arzobispo y Obispos, en lo que es de su cargo y oficio de pastores.
El santo oficio de la Inquisición, que reside en Méjico de la Nueva España, tiene en Manila, y en los Obispados de las islas, sus comisarios, familiares y ministros, para las causas tocantes al santo oficio, en que no falta siempre que hacer[3], por la entrada de tantos forasteros en aquellas partes; aunque, este santo
- ↑ Con su prudencia característica, Morga alude la gran cuestión de las visitas diocesanas, que empezó con Fr. Domingo de Salazar y no se pudo terminar hasta en 1775 en tiempo de Anda, gracias á la energía de éste y á los esfuerzos del Arzobispo don Basilio Sancho de Santa Justa y Rufina, consiguiendo después de grandes disturbios sujetar á los curas frailes á las visitas de los Obispos. Morga, sin embargo, da á entender que no aprobaba las pretensiones de independencia de los religiosos, pero no se atreve á manifestarlo palmariamente.
- ↑ Los Agustinos percibían además una cuarta parte del tributo de los pueblos mientras fabricaban iglesias, con 200 pesos fuertes y 200 cavanes de arroz limpio para cuatro religiosos que confesaban durante la cuaresma. 50 cavanes de arroz limpio por persona nos parecen demasiado; resulta que cada fraile consume 12 1/2 libras de arroz ó sea 27 chupas diarias, trece veces más que cualquier Indio.
- ↑ Los procedimientos inquisitoriales han profanado el suelo de Filipinas. En tiempo de Corcuera vemos la hábil intervención del comisario del Santo Oficio para disputarle un reo, y el P. F. de San Antonio nos dice (Part. I, lib. I. pág. 168) que ha visto quemar á algunos en su tiempo, por pecados contra natura.