Mirabala curioso, atento y fijo,
como el Acero al Imán, Abuja al Norte;
y yo no sé quien diantres me lo dijo,
que luego conocí que era la Corte:
no te endilque, advertí, como buen hijo,
su despejo, beldad, donayre y porte,
y era, como verás en mi conciencia,
sobre una legua ò dos de diferencia.
Era::: (mas quién tubiera los pinceles,
tiento, paleta, brochas y colores
de Timantes, Protogenes y Apeles,
de Vandich y Jordan con los primores.)
Dos ojos, su nariz, boca y aqueles
eran plata, coral, luceros, flores,
esto, lo otro, aquello, y quanto han dicho
las locuras amantes de un capricho.
A la Dernié su primoroso trage,
à la Gasié su compostura rica,
de punto de Saxonia era el encage,
que en los buelos las ordenes triplica;
pero además de aquel matalotaje,
manto Imperial su magestad publíca,
que no hubieramos hecho en todo nada,
sin pintarla Imperial y Coronada.