sin baylar teniendo la niña delante le cantauan muchos y diversos cantares. Turaba este canto hasta que benia nueba que los señores hauian concluido con la ofrenda y sacrificio en el monte y que uajaban a se embarcar. Tenida la notocia tomaban la niña en su pabellón y enbarcauanla en vna canoa y juntamente quitauan el árbol grande tornandole a liar las ramas poniendolo en vna balsa en el agua y sin cesar de tañer y cantar con ynumerables canoas que iban acompañando de mugeres y honbres y niños para ber la fiesta la llevaban al medio de la laguna con toda la priessa possible y llegados a aquel lugar aquellos llaman Pantitlan donde la laguna tiene su sumidero y donde hace vn remolino notable de quando en quando se sume el agua peligrando allí muchas canoas que por descuido e ynadvertencia pasan por encima del llegados pues a aquel lugar los grandes señores por vna parte y los de la ciudad por otra tomaban luego aquel arbol grande tota y hincauanlo en el cieno junto al ojo de agua o sumidero tornandole a desatar las ramas y al acoparse y luego tomaban la niña asi dentro de su pabellón y con vna fisga de matar patos la degollauan y escurrian la sangre en el agua acauada de escurrir la arrojauan en el agua en derecho de aquel sumidero la cual dicen que se la tragaua de suerte que nunca mas parecia.
(4) Torquemada, Segunda parte, libro sexto, pág. 44.