Esta página no ha sido corregida
La MUJER DOMINANTE
La propensión á dominar es la más sutil de las pasiones, y la última que muere en el corazón huma- no; es un Proteo que sabe tomar todas las aparien- cias, especialmente las del desprendimiento y las de la abnegación. Hállanse en todas partes corazones capaces de sacrificios admirables, almas en las cuales parece que el dolor no penetra, espíritus que nunca se aterran, que sabrán resistir las amenazas de la tiranía; pero, ¿dónde encontrar un carácter bastante elevado y firme para no dejarse seducir por los atractivos de la dominación que le sea posible ejer- citar?
En los hombres, la pasión del dominio parece querer abrazar lo infinito; cada conquista requiere otra conquista: el mundo obedeció á Alejandro, y
