POLÍTICA DOMÉSTICA 151
nación invencible; si se le habla de personas, dice mal de las que han sido elogiadas y elogia á las que han merecido vituperio; hágase lo que se haga y dígase lo que se quiera, preciso le es contradecir. Las palabras que más frecuentemente pronuncia, son: «Al contrario», «Eso no es cierto.» Así se pone siempre en contradicción con todo el mundo, no por restablecer la verdad, sino por espíritu de oposición, por pura maldad y con el propósito de disgustar á los demás.
Lo más singular de la mujer iracunda es que hace víctimas de su mal genio precisamente á las personas á quienes debe profesar más cariño: á sus padres y á sus hermanos, cuando soltera; después á su marido y á sus hijos: parecería no tener corazón, si no lo revelase su malicia. Las bestias salvajes tienen el instinto de no hacer daño en sus cuevas ó madrigueras, á fin de poder habitarlas con tran- quilidad; la mujer de mal carácter es más torpe que esos animales, porque en su propia casa procura tener víctimas. Sisele hace resistencia, cae en un acceso de furor y profiere las invectivas más inno- “bles; se dejaría ir hasta el último extremo, si se cre- yera bastante fuerte para triunfar; pero el temor de las represalías la contiene en ciertos límites, y si se le sigue haciendo resistencia, emplea un medio más decisivo-—un ataque de nervios. Este recurso, pri-
