POLÍTICA DOMÉSTICA 197
medio de soportarlos, el desarrollo de industrias ilícitas. Con desordenado afán por satisfacer ne- cesidades imaginarias que son peligrosas por sus pérfidas insinuaciones, el criado roba á su amo, el obrero engaña á su patrón; y la mentira, la mala fé, los abusos de confianza, las estafas y las inmo- ralidades de-todo género hacen lo demás. Infié- rase lo que será una sociedad en que abunden esos seres miserables y corrompidos, para quienes el vicio y el crimen han llegado á ser horriblemente necesarios :
Si algún optimista irreflexivo encuentra exage- ración en este cuadro, indague cuáles son las cau- sas ordinarias de los delitos; y reconocerá que, bajo este respecto, nuestro bosquejo está todavía muy distante de la realidad.
Sigamos por un momento á ese obrero que antes era honrado y laborioso; observémoslo en las principales fases de su degradación física y mo- ral, bajo la poderosa influencia que combatimos. Mancebo todavía y sin experiencia, escucha malos consejos y se deja conducir, por ejemplos seducto- res, á las tabernas donde se bebe, se baila y se pasa vida alegre; desde entonces surgen las necesidades ficticias del vino y los licores, y las del bien pare- cer por la calidad de las prendas de vestir, pero en igual proporción se pierden los hábitos de orden,
