POLÍTICA DOMÉSTICA 323
La verdadera expresión de la belleza no proce- «de solamente de la naturaleza física personal en armonía con los rasgos que las cualidades del ca- rácter mofal imprimen á la fisonomía, sino también de los que le comunican los sentimientos y las pasiones, que son, por decirlo así, caracteres del in- dividuo en actividad. La expresión que éstos dan al rostro será bella, si los sentimientos que la ocasionan lo son en 3í mismos bajo el concepto mo- ral; pues los ojos y las demás partes móviles del cuerpo, que á ella contribuyen, se subordinan al orden con que deben producirla, según el impulso que reciben. Necesario es, por lo tanto, que la educación extienda sus medios á la dirección de los sentimientos y pasiones morales, no sólo porque así corresponde á sus fines inmediatos y directos, si- no por lo que concierne á su influencia sobre la belleza de la expresión; pero es de advertir que en esta parte la educación ha de encaminarse tanto á los signos exteriores que la revelan, como á los gér- menes que están llamados á desarrollarse y á fructifi- <ar en el corazón. Así, no sólo se ha de cuidar de la sencillez, claridad y distinción en las actitudes, mo- vimientos y gestos propios de la expresión de ca-
