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El primer alambrado
(1847)
Puesto en prensa el magín del
gaucho más perspicaz, nunca
hubiera llegado á comprender
cómo un tenue hilo de alambre,
casi invisible, resistiría la
embestida del ganado bravio,
á la vez que preservaría toda
disparada y entrevero.
I
Pero al fin, ¿quién extendió el primer alambrado en nuestra campaña?
Tal discusión empezada en el rincón de los viejos, contaminado había á todos los estantes en la tertulia de lo de Guerrico.
Encontrábanse: don Silverio Ponce, estanciero de verdad, rural por los cuatro costados,