este distinguido escritor que Blasco de Garay estuvo muy lejos de aplicar el vapor á la navegación, y que su invento se redujo á un barco con ruedas, á las que se daba impulso por medio de vigas y cilindros. Añade también que por documentos que existen en el archivo de Simancas, consta que en 1539 elevó Blasco de Garay & Carlos
V
un memorial en el eual ofrecía: «1. Sacar buques de debajo del agua, aun cuando estuviesen sumergidos á cien brazas de profundidad, con solo el auxilio de dos hombres. 2. Un aparato para que cualquiera pudiera estar sumergido bajo el agua todo el tiempo que le conviniese. 3.° Otro aparato para descubrir con la simple vista objetos en el fondo del mar. 4.° La manera de mantener bajo el agua una luz encendida. 5. El medio de convertir en dulce el agua salobre. Convengamos en que si Blasco de Garay hubiera alcanzado á cumplir la mitad de las maravillas que en el memorial prometiahabría hecho más que el moderno Erickson, á quien tantos prodigios se atribuyen.
En otro número de La América, correspondiente á febrero de 1858, se lee un artículo firmado por el jefe de marina D. Miguel Lobo, quien apoya las noticias dadas por Fernández de Navarrete y refuta á Ferrer del Río.
Dejemos, pues, el punto en tela de juicio. Otros decidan si fué Blasco de Garay el primero en aplicar el vapor á la navegación.
El drama de Balzac Les resources de Quinola pinta las fatigas y contrariedades de que fué víctima Blasco de Garay. Presumo que el gran novelista francés tendría ocasión de consultar documentos relativos al maravilloso invento.
Después de Blasco de Garay, Salomón Caus hizo en Francia en 1615 una aplicación del vapor. Parece que fué desatendido, y murió loco en Bicetre Fué en 1807 cuando Roberto Fulton, natural de Lancaster en los Estados Unidos, construyó el Clermont, vaporcito que navegó desde Nueva York hasta Albany; y en 1814 un inglés, Jorge Stepheson, creó la locomotora, de la cual sólo en 1830 vino á hacerse aplicación práctica.
En cuanto a la hélice que ha sustituído á las ruedas de los antiguos vapores, fué invención de Federico Sauvage, francés que murió de miseria y medio loco en París el año 1857.
Generalmente se cree que los primeros vapores que han venido al Pacífico fueron el Chile y el Perú en 1840. Combatiendo este error de los contemporáneos, he aquí, en extracto, lo que refiere mi camarada Simón Camacho en su curioso libro El Ferrocarril de Arequipa.
El primer vapor que llegó á las costas del Perú fué el Telica, capitán Metrovitch, cuyo buque hizo viaje á la vela de Europa á Guayaquil, y allí recibió máquina, bandera colombiana y pasajeros.
Fué esto por los años de 1828 á 1830.