UN SEÑOR
DE MUCHOS PERGAMINOS
I
Tres cuartos de siglo, fecha de suyo respetable, llevaba de comer puchero (plato cuya invención se debe, según me dijo un gastrónomo, á la madre de San Agustín) el Sr. D. Alejo de Valdez y Bazán, corregidor endel Cabildo del Cuzco, Los Valdez y Bazán, pertenecientes á la más rancia nobleza de Aragón, eran en el Perú muy considerados desde los tiempos de Pizarro; y más tarde, por enlace de familia, se aliaron con los Caviedes de Toledo, nobles como la gorra de Pilatos, y con los descendientes del caballero de espuela dorada D. Gristóbal de Peralta, que fué uno de aquellos trece conquistadores que tuvieron la guapeza de quedarse en la isla del Gallo.
Por Valdez tenía tres barras de azur en campo de plata; por Bazán quince escaques, ocho de sable y siete de plata; bordura de gules y ocho aspas de oro.
Con esto queda dicho que en los reinos del Perú no podía haber quien en punto á lo acuartelado de la nobleza le tosiese con buen título á un Valdez y Bazán, por mucho que uno de los grandes poetas de esa épocahubiera escrito: «No digas cuando vieras alto el vuelo del cohete, en la pólvora animado, que va derecho al cielo encaminado, pues no siempre quien sube llega al cielo.» En punto á pretensiones heráldicas, los Valdez y Bazán podían hacer competencia á los Quirós de Velasco, en cuyo escudo se leia este mote: «Antes que, á la voz de Dios, valles hubiera y peñascos, ya Quirós era Quirós y los Velascos Velascos,» ó á los Bustamante, que sostenían que el primer hombre se firmaba Adán de Bustamante.
Sin embargo, el escudo de los Bustamante no les da alas para tantos humos; pues no hay en él más que trece roeles ó besantes de gules en