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Ricardo Palma

trado un fin más ó menos triste en América Blasco Núñez de Vela y el conde de Nieva perecieron de un modo trágico; el marqués de Cañete murió loco, y D. Antonio de Mendoza falleció, casi súbitamente, á los pocos meses de mando. El quinto virrey ambicionaba morir en la tierra donde nació.

Llegado á España, fué víctima de la calumnia y de la envidia. Se le confiscó la fortuna que llevaba, y que excedía de doscientos mil pesos. Y para colmo de agravio, el ingrato Felipe II, reconviniendolo por la ejecución del inca Tupac—Amaru, que tuvo lugar en 1579, le dijo: «Idos vuestra casa, D. Francisco, que yo no os envie al Perú para matar reyes, sino para servir á reyes. » D. Francisco de Toledo, á quien la historia Ilama el Solón peruano, no sobrevivió mucho tiempo al desaire del monarca.

El escudo de la casa de Toledo es quince escaques de plata y azur, formando un tablero de ajedrez.

Volvamos á Garci—Gutiérrez.

III

Desde que Garci Gutiérrez se vió rico renegó de su origen plebeyo.

¡Debilidad humana!

Como hemos dicho, el virrey D. Francisco de Toledo gastó cinco años en recorrer el país, y regresó á Lima en 1575, precisamente cuando acababa el buhonero español de exhibirse como dueño de un tesoro.

El virrey, según pública fama, era extremadamente avaro, vicio que deslustra ante la historia sus grandes cualidades como hombre de estadu. Garci—Gutiérrez fué á visitarlo, y le obsequió por valor de veinte mil pesos en curiosidades de oro.

—No mire vuecelencia en mi agasajo—lo dijo—más que el cariño del deudo. Toledo es vuecencia, y yo soy Garci—Gutiérrez de Toledo.

—Que sea por muchos años, pariente—le contestó D. Francisco con ainabilidad.

Garci—Gutiérrez estaba satisfecho, pues el virrey lo había reconocido en público por su deudo. En cuanto á su excelencia, pensaba que bien se podía roconocer por nás que pariente á quien, en vez de pedir, se mostraba tan largamente dadivoso. «Lluevan primos como éste—se dijo,—que yo no he de demandarles su árbol genealógico.» Por la plata baila el perro, y el gato sirve de guitarrero.

Corrían los años, y Garci—Gutiérrez, que se llenaba la boca hablando do su primo el virrey y que se trataba á cuerpo de príncipe, veía rápidamente