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XVIII
Juicios literarios

que el ogro no era como me lo pintaba mi amigo el chileno, y guardaba con orgullo en mi memoria, para conservarlo eternamente, el recuerdo de aquel vicjccito amable, de aquel buen amigo, do aquel glorioso príncipe del ingenio.

Guatemala, 1890 RUBÉN DARÍO RICARDO PALMA (Páginas del libro titulado Escritores y poetus sudamericanos) El nombre de Ricardo Palma no es desconocido en nuestro país. Hace unos veinte años que en los periódicos de esta capital y en los de los Estados se vienen reproduciendo sus bellas poesías y sus inimitables TRADICIONES PERUANAS. Recuerdo bien que allá por el año de 1872, cuando por iniciativa mía se estableció la edición dominical del Federalista en forma de cuaderno, uno de los atractivos que ofreció aquel semanario era la inserción frecuente de las regocijadas producciones del distinguido escritor limeño. Con vivo interés aguardaba yo la llegada de los correos de Sud—América, empuñando las tijeras de que el Sr. Bablot quería que se hiciese el menor uso posible, y buscaba una nueva tradición para halagar, reimprimiéndola, á los lectores, bien numerosos por cierto, de aquel semanario. Y no pasaban muchos días sin que a su vez los mejores periódicos de los Estados diesen cabida á aquellas amenísimas narraciones, sin decir, por supuesto, que del Federalista las copiaban.

Pasaron los años; el periódico del Sr. Bablot dejó de publicarse, y otros se encargaron de continuar aquella tarea, con gran contentamiento de los admiradores de Ricardo Palma, que lo son cuantos han saboreado alguna vez sus fáciles, entretenidos é intencionados escritos.

Esta predilección, no entíbiada ni en épocas de combate para la prensa mejicana, tiene razón de scr. Las TRADICIONES PERUANAS, sobre abundar en las galas del bien decir, encierran para nosotros un mérito que se inpone: el de ser un vivo reflejo de las costumbres mejicanas en tiempo de la dominación española; á tal punto, que un plagiario podía habersclas apropiado, cambiando únicamente los nombres de lugar y los de ciertos personajes. Pueblos de tico origen el peruano y el mejicano, es poco menos que imposible encontrar desemejanza entre las costumbres de la capital de la Nueva España y las de la ciudad de los reyos. Frailes, monjas, virreyes, luchas entre las potestades civil y eclesiástica; procesio-