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Tradiciones peruanas

da la causa, sentenciado Salcedo á muerte y confiscados sus bienes en provecho del real tesoro.

Como heinos dicho, los jesuítas dominaban al virrey. Jesuíta era su confesor el padre Castillo y jesuítas sus secretarios. Las crónicas de aquellos tiempos acusan á los hijos de Loyola de haber contribuído eficazmente al trágico fin del rico minero, que había prestado no pocos servicios á la causa de la corona y enviado á España algunos millones por el quinto de los provechos de la mina, Cuando leyeron á Salcedo la sentencia, propuso al virrey que le permitiese apelar á España, y que por el tiempo que transcurriese desde la salida del navío hasta su regreso con la resolución de la corte de Madrid, lo obsequiaría diariatuente con una barra de plata.

Y téngase en cuenta no sólo que cada barra de plata se valorizaba en dos mil duros, sino que el viaje del Callao á Cádiz no era realizable en nenos de ocho meses.

La tentación era poderosa y el conde de Lemos vaciló.

Pero los jesuítas le hicieron presente que mejor partido sacaría ejecutando á Salcedo y confiscándole sus bienes.

El que más influyó en el ánimo de su excelencia fué el padre Francisco del Castillo, jesuita pernano que está en olor de santidad, el cual era padrino de bautismo de D. Salvador Fernández de Castro, marqués de Almuña é hijo del virrey.

Salcedo fué ejecutado en el sitio llamado Oroca—Pata, á poca distancia de Puno.

III

Cuando la esposa de Salcedo supo el terrible desenlace del proceso, convocó á sus deudos y les dijo:

Mis riquezas han traílo mi lesdicha. Los que las codician han dado muerte afrentosa al hombre que Dios me deparó por compañero. Mirad cómo le vengáis.

Tres días después la mina de Laycacota había dado en agua, y su entrada fué cubierta con peñas, sin que hasta hoy haya podido descubrirse el sitio donde ella existió.

Los parientes de la mujer de Salcedo inundlaron la mina, haciendo estéril para los asesinos del justicia mayor el crimen á que la codicia los arrastrara.

Carmen, la desolada vinda, había desaparecido, y es fama que se sepultó viva en uno de los corre lores de la mina.

Muchos sostienen que la mina de Salcedo era la que hoy se conoce