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XXI
Juicios literarios

de la Independencia, y el sentimiento patriótico le llevó á apasionarse de las teorías liberales. El amor á la libertad se encarnú en su organización psicológica. Palma pensó, amó, sintió, aspiró, escribió, cantó, suspiró, combatió y sucumbió ó triunfó por el principio de libertad. Soldado más ó menos prominente, más o menos obscuro en las filas de sus correligionarios, en todas circunstancias de su vida fué leal, imperterritamente leal á su bandera. Ni las persecuciones, ni las enemistades gratuitas, ni los destierros, ni la pobreza, ni los desengaños, ni los dolores íntimos, nada ha podido debilitar la fe de su alına, la valentía de su palabra, la energía de su pluma. » XXI Hablando después el misnio Sr. Cisneros de las pocsías de Palma, que calitica de hermosas y escritas bajo las impresiones siempre fogosas del amor á la patria y á la libertad, se expresa así: «l'ero no es sólo la cuerda ronca, sonora y vigorosa del entusiasmo la que vibra en el arpa del poeta, ni es ella, á nuestro juicio, la que templa cuando arranca de su corazón los mejores cantos. Apreciainos más en Palina la dulce y amena galantería, su sencilla y graciosa fecundidad para con las bellas, su Horida y cortés amabilidad, su filosofía rápida, casta, suave, á veces lóbrega, siempre verdadera, siempre melancólica » El eminente escritor argentino D. Juan María Gutiérrez, juzgando los l'erbos y Gerundios, dijo lo siguiente: «Palma, bajo la capa de una chanza ligera, de un buen humor abundante y agudo, de una filosofía de manga ancha, esconde un odio instintivo á lo convencional, á lo trillado, á lo fingido, al plagio del sentimiento. Su poesía, más que desesperada como la de Byron, es cáustica y sin hipocresía como la del alemán Heine, á quien imita á menudo. El ha caracterizado así la retórica y la estética de sus simpatías:

«Forme usted líneas de medida iguales, y luego en fila las coloca juntas poniendo consonantes en las puntas.

Y en el medio?— En el medio? ; Ese es el cuento!

Hay que poner talento.» »Todo el libro de Hermosilla sobre el arte de hablar en verso no es tan buen consejero como este epigramático concepto de Palma, al cual se ajusta invariablemente.

»Hay á veces en la poesía de Palma (¿cómo no, si es hombre?) ayos de sensibilidad, efusión de afectos; pero nunca lluvia do lágrimas, ni tronada de lamentos remedados, como en el teatro, con hilos de oropel y con tiestos huecos. Huye de esas falsas ilusiones que reproducen las mentidas