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Juicios literarios

profundidades de la idea, aparatos deslumbradores que agigantan lo que es microscópico y enano; ilusiones parecidas á las que causa el espejo de un pequeño gabinete que, reproduciendo la miniatura, la prolonga haciéndonos creer que estamos en un palacio. Los versos de Palma de ninguna manera se parecen á esas pinturas en pequeñísima dimensión, que se esconden en el arco de un anillo mujeril y, miradas al través de un vidriecillo prismático, aparecen grandes como los frescos de la capilla Sixtina. » XXII Pero baste lo expuesto, con relación á las obras poéticas del fecundo escritor peruano, y veamos con cuánta justicia sus TRADICIONES le han colocado entre los más egregios prosistas de nuestra época.

¿Qué son las TRADICIONES? Son leyendas breves en las que no se pueden señalar claramente cuáles son los lindes que separan la historia de la novela. Simón Camacho, escritor distinguido, las define muy bien en las siguientes líneas: «Las TRADICIONES, dice, son miniaturas cuya belleza no consiste en el tamaño, pues no aspiran ellas á proporciones colosales, sino en el parecido de la persona, que aun vista por la parte ancha del anteojo, al llegar al foco es de todos conocida, por el trasunto que es y lo hábilmente pintada; en lo característico de la escena, que si no pasó debió pasar así y como lo dice el escritor; en los accesorios, que caen tan en sazón, que no traídos sino nacidos parecen sobre la pintura; en el color de los tiempos, que á nosotros nos es tan difícil encontrar, y que un poco de costumbre y una dosis colmnada de talento se me figura que apiñaran facilidades para ofrecérselo á quien tiene la vena inagotable para dar y prestar; sabor tan puro, tan castizo, que falta no tiene, ni jamás sale sin el afamado bouquet del vino que encierra mil encantos de imaginación para los buenos bebedores, aun desde antes que el líquido les proporcione la sensación material con que en gustarlo se deleitan.» Véase, además de lo clicho, el juicio crítico que anteriormente publicamos, suscrito por D. Miguel Cané, eminente prosista argentino, uno de los autores sudamericanos que con más elegancia escriben y con más refinado gusto juzgan las obras ajenasl'ongo punto final á las citas de las autoridades literarias que han encarecido los merecimientos del incansable narrador peruano, porque de continuar, acabaría yo por formar un libro. ¡Tanto así se ha dicho en su elogio!

Tengo para mí que una de las cualidades más excelentes que brillan en las TRADICIONES de Ricardo Palma, es la exuberante manifestación que en ellas hace de la riqueza y galanura de la habla castellana. La posesión absoluta que tiene el del idioma, sólo es comparable á la que demuestra Bretón en sus obras. Y es tan terso su estilo, tan grande su afluen-