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Ricardo Palma

capturar al sacrílego. Los expresos á los corregidores y demás autoridades del virreinato se sucedieron sin tregua, hasta que á fines de noviembre llegó á Lima un alguacil del intendente de Huancaveliva D. Jeróniino Solá, ex consejero de Indias, con pliegos en los que éste comunicaba á su excelencia que el ladrón se hallaba aposentado en la cárcel y con su respectivo par de calcetas de Vizcaya. Bien dice el refrán que centre bonete y almete se hacen cosas de copete.» Las campanas se echaron á vuelo, el teatro volvió á funcionar, los vecinos abandonaron el luto, y Lima se entregó á fiestas y regocijos.

II

Ciñéndonos al plan que hemos seguido en las TRADICIONES, viene aquí á cuento una rápida reseña histórica de la época de mando del excelentísimo señor D. José de Mendoza Caamaño y Sotomayor, marqués de Villagarcía, de Monroy y de Cusano, conde de Barrantes y soñor de Vista Alegre, Rubianes y Villanueva, vigésimo nono virrey del Perú por su majestad D. Felipe V, y que á la edad de sesenta años se hizo cargo del gobierno de estos reinos en 4 de enero de 1736.

Allman Sarin El marqués de Villagarcía vigésimo nono virrey del Perú El marqués de Villagarcía se resistió mucho á aceptar el virreinato del Perú, y persuadiéndolo uno de los ministros del rey para que no rechazase lo que tantos codiciaban, dijo:

  • Señor, vueseñoría me ponga á los pies de su majestad, á quien venero como es justo y de ley, y represéntele que haciendo cuentas conmigo mismo, he hallado que me conviene más vivir pobre hidalgo que morir rico virrey.» El soberano encontró sin fundamento la excusa, y el nombrado tuvo que embarcarse para América.

Sucediendo al enérgico marqués de Castelfuerte, la ley de las compensaciones exigía del nuevo virrey una política menos severa. Así, á fuerza de sagacidad y moderación, pudo el de Villagarcía impedir que