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MEMORIAS DE LOS MUERTOS
Ya el boscaje no estremece
La fuente con sordos ecos;
En desabrigados huecos
Muda el ave se guarece:
No bien el sol aparece,
A sepultarse camina;
Anochecida neblina
Le emboza, y de cuando en cuando
Anunciase, despertando
Con luz enferma y mezquina.
Auras no alienta la aurora
Ni matiza sus celajes;
Entre mustios cortinajes
Muere la tarde incolora.
En la mar inmensa ahora
Ni un esquife se refleja;
Campo agostado semeja,
Y sobre la sorda playa
Sombría la onda desmaya
Y parece que se queja.
No halla purpúreo tomillo
La ovejuela en el collado;
Roba el zarzal erizado
Su vellón al corderillo;
Ni de agreste caramillo
Voz que melódica trina
Músico zagal afina
Recogiendo su rebaño.