Allí el músico Pan, que dió el primero
A las cañas inertes ejercicio.
Flauta, ensayemos pastorales tonos.
Nisa á Mopso se entrega. Los amantes
¿Qué hemos ya de tener por imposible?
En uno se verán grifo y caballo
Mezclarse, y en los tiempos venideros
Vendrá á beber en una misma fuente
Con los perros la tímida corcilla.
Flauta, ensayemos pastorales tonos.
Nuevas antorchas apercibe, Mopso;
Ya conducida á ti la novia llega:
¡Ea! nueces esparce á fuer de esposo;
Del Oeta, en tu honor, Héspero se alza.
Flauta, ensayemos pastorales tonos.
¡Pues bien casaste y con gentil mancebo!
Tú, la misma que á tantos desdeñaste
Fiera; tú que aborreces melindrosa
Mi rústica zampoña y mis cabrillas,
Mi ceño hirsuto y mi prolija barba.
¡Y juzgaste á los dioses olvidados
De nuestra suerte, en castigar remisos!
Flauta, ensayemos pastorales tonos.
Te conocí pequeña, en nuestros setos
Con tu madre cogiendo húmidas pomas;
Y de guía os serví. Contaba entonces
Once años y uno más, y con la mano
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AMATORIAS Y ELEGIACAS