RDIPO EN COLONO
¿Qué ha de hacer ó qué ha de decir?
Ha de obtener un gran provecho de un pequeño servicio.
¿Qué provecho puede obtener de un hombre ciego?
Nuestras palabras no serán ciegas, sino claras.
¿Sabes ¡oh extranjero! cómo no caerás en falta? Si eres, como lo pareces, bien nacido, á pesar de tu desgracia, quédate aquí donde te he encontrado, hasta que te haya anunciado á los habitantes de este demo y no á los de la ciudad. Ellos decidirán si es necesario que te quedes vuelvasque te
¡Oh hija! ¿se ha marchado el extranjero?
Se ha marchado. Puedes, padre, hablar con libertad, porque estoy sola aquí.
¡Oh venerables y terribles! Puesto que, en esta tierra, vuestra morada es la primera á que me he acercado, no nos seáis enemigas, á Febo y á mí. Cuando me anunció miserias numerosas, me predijo, en efecto, el fin de mis males, después de un largo tiempo, cuando hubiera llegado como término á un país en que, entre las Diosas venerables, encontrase una morada hospitalaria. Y me dijo que allí acabaría mi miserable vida, para el bien de los que me acogieran y para la ruina de los que me arrojasen. Y me prometió que el instante de ello me sería revelado, ya por el temblor de la tierra, ya por el trueno, ya por el relámpago de Zeus. Y, ciertamente, comprendo que he sido conducido hacia este bos-