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Página:Tragedias de Sófocles - Leconte de Lisle (Tomo I).djvu/173

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Antígona

Cuando las cosas están por encima de nuestras fuerzas, conviene no intentarlas.

Si hablas así, te tomaré aborrecimiento y serás justamente odiosa á aquel que ha muerto. Antes bien, déjame afrontar lo que intento, porque, ciertamente, cualquier destino cruel que sufra, moriré con gloria.

Si ello te parece así, ¡ve! Sabe que eres insensata, peroamas sinceramente á tus amigos.


Estrofa 1

¡Espléndida claridad! La más bella de las luces que hayau lucido sobre Tebas la de las siete puertas, al fin has aparecido por encima de las fuentes Dirceas. ¡Ojo de oro del dia! Tú has rechazado y obligado á huir, soltando las riendas. al hombre del blanco escudo, que salió de Argos completamente armado, y que, alzándose contra nuestra tierra por la causa dudosa de Polinice, y profiriendo agudos gritos, se dejó caer aquí como un águila de ala de nieve, con innumerables armas y cascos cabelludos.

Antistrofa I

Más alto que nuestras moradas, estaba allí, devorador, por todas partes, con sus lanzas ávidas de matanza, en torno á las siete puertas; y se ha ido antes de haberse saciado de nuestra sangre, y antes de que Hefesto resinoso se haya apoderado de nuestras torres almenadas; tanto ha estallado detrás de él el resentimiento de Ares, invencible para el Dragón enemigo. Porque Zeus aborrece la impudencia de una lengua orgullosa, y, habiéndoles visto precipitarse impetuosamente, muy altivos con su oro estridente, ha derribado, lanzando el rayo, al que se preparaba á proferir el grito de la victoria en la cima de nuestras murallas.

Estrofa II

Derribado, cayó, retumbando contra la tierra y llevando