tu madre, porque, en sus sueños, muchos hombres han soñado que se unían á su madre; pero el que sabe que esos sueños no significan nada, lleva una vida tranquila.
Tus palabras serían prudentes si mi madre ya no viviese; pero, puesto que sobrevive, aunque hables con prudencia, nada puede hacer que yo no tema.
La manera como ha muerto tu padre es un gran consuelo.
Grande, ya lo sé; pero mi madre vive, y por eso es por lo que temo.
¿Cuál es esa mujer que os inquieta?
Merope, ¡oh anciano! que estaba casada con Polibo.
¿Qué hay en ella que os espante?
Un oráculo divino y terrible, ¡oh extranjero!
¿Puede decirse? ¿Está prohibido que otro lo conozca?
Helo aquí. Lojias dijo, en tiempos, que yo yacería con mi madre y que vertería con mis manos la sangre paterna. Por eso es por lo que he vivido largo tiempo lejos de Corinto, y, en verdad, felizmente, por más que sea muy dulce, sin embargo, ver á sus padres.
¿Es por consecuencia de ese temor por lo que te has desterrado?