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Sófocles

Lo prohibo para mis enemigos. Eso no conviene.

¿Se ha opuesto, pues, Ayax á ti jamás como enemigo?

Me aborrecía y le aborrecía: eso no se te ha ocultado.

Es que sabía que le habías engañado con un falso sufragio.

Esa falta fué de los jueces, no mía.

Mal puedes ocultar tus numerosas malas acciones.

Esas palabras serán funestas para alguien.

Ciertamente, nosotros sufriremos por ellas menos que tú.

No te diré mas que una palabra: este hombre no será sepultado.

Óyelo á tu vez: será sepultado.

He visto recientemente á un hombre, audaz de lengua, que excitaba á los marineros á navegar, cuando el huracán