¿Me aconsejas, pues, que deje sepultar ese cadáver?
Ciertamente, porque yo también sería reducido á ello.
¡Cómo obra cada uno en su propio interés!
¿Por qué había yo de tener más cuidado de otro que de mí?
Se dirá que esta acción es tuya y no mía.
Cualquiera cosa que hagas, serás alabado por todos.
Sabe, pues, y ten por cierto, que querría concederte una gracia todavía más grande; pero ese hombre, vivo y muerto, no me será menos odioso. Puedes hacer lo que deseas.
Puesto que has tenido ese buen pensamiento, Odiseo, sería un insensato el que dijera que no eres prudente.
Yo declaro esto á Teucro: tanto he sido enemigo, cuanto seré en lo sucesivo un amigo. Quiero sepultar ese cuerpo, venir en vuestra ayuda y no olvidar nada de los honores que conviene rendir á los mejores hombres.
Excelente Odiseo, puedo alabarte de todas las maneras,