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Electra

vengadores de los crímenes horribles. Por eso no esperaré más tiempo, pues va á realizarse el acontecimiento que mi espíritu había previsto; porque el Vengador de los muertos entra con pie furtivo en la morada en que están las antiguas riquezas paternas, teniendo en las manos la espada recién aguzada. Y el hijo de Maya, Hermes, cubriéndôle de tinieblas, le lleva á su objeto sin más tardar.

Antistrofa I

¡Oh queridísimas mujeres! Los hombres van á llevar á cabo su obra, guardad silencio.

¿Cómo? ¿Qué hacen ahora?

Ella prepara la urna funeraria, y ellos están de pie cerca de ella.

¿Por qué has salido?

A fin de vigilar para que Egisto no penetre bajo este techo por nuestra imprudencia.

¡Ay de mí! ¡ay! ¡Oh morada vacía de amigos llena de asesinos!

Alguien grita en la morada. ¿No oís, oh amigas?

¡Desgraciada! He oído clamores espantosos, y estoy toda sobrecogida de horror.