18 CIENCIA Y ACCIÓN
minado el catálogo. Estas circunstancias contri- buían notablemente á revestir á la mujer de cier- to prestigio y dignidad, á la vez que por la in- fluencia del Derecho cristiano conquistaba en la sociedad el lugar que en justicia le corresponde. Así se da el caso de que oigamos ahora reclamar derechos reconocidos en el siglo XIII, y pedir reformas que entonces estuvieron á punto de rea- lizarse. En aquellos tiempos podía verse á la mu- jer votar como los hombres en las elecciones pro- tesionales y en las municipales..., En apoyo de esta afirmación el abate Naudet cita multitud de hechos, de los cuales hablaremos más adelante, que permiten asegurar en conclusión que en la sociedad med ceval la mujer podía ejercer gran número de derechos que en la actualidad le son negados.
Pero á medida que disminuyó la influencia del espíritu cristiano estos derechos fueron desapa- reciendo lentamente, á la vez que la mujer volvía á la condición de un ser esclavizado. El Renaci- miento, es decir, la resurrección del paganismo en las ideas, en el arte y en el Derecho fué para ella un período de rebajamiento moral.
Quizás algunos católicos—artistas y literatos sobre todo—estimen excesivamente severo nues- tro juicio y nos traten de ignorantes (1). Nos- otros les argumentaremos con la opinión de un ilustre escritor, que en algunas de las páginas más profundas de su libro sobre la mujer del porve- nir (2) ha puesto de manifiesto la nefasta obra de los humanistas, que sólo rindieron culto á la be- lleza plástica. “La sociedad fundada por el cris- tianismo—escribe M. Etienne Lamy—había con- cedido, en lo relativo á los honores de la Iglesia,
(1) Maulde La Claviére, Les femmes de la Renaissance, (2) Le femme de demain, Etienne Lamy.