Página:Una excursión a los indios ranqueles - Tomo I (1909).djvu/173

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 169 —

—Mi Coronel, aquí le traigo este cordero y estos choclos.

El hombre inculto había cedido, justo era que yo cediera á mi vez.

—Gracias, hijo—le contesté,—i para qué te has incomodado? Apéate, tomaremos un mate y me contarás tu vida.

Apeóse del caballo, maneólo, sentóse cerca de mí y dsspués de algunas palabras de comedimiento dirigidas á los franciscanos, nos contó su historia.

En ese instante gritaron que se avistaban, saliendo del monte, unos bultos colorados.

Ya sabremos lo que era.