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Página:Una excursión a los indios ranqueles - Tomo I (1909).djvu/313

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XXXII

El negro del acordeón y la música.—Reflexiones sobre el criterio vulgar. —Sueño fantástico.—Lucius Victorius Imperator.—Un mensajero nocturno de Mariano Rosas.—Se reanuda el sueño fantástico.—Mi entrada triunfal en Salinas Grandes —La realidad.—Un huésped á quien no le es permitido dormir.

El negro no tardó en irse con la música á otra parte. Bendije al cielo.

Como poeta festivo, como payador, no podía rivalizar con Aniceto el Gallo ni con Anastasio el Pollo.

Ni siquiera era un artista en acordeón.

Yo tengo, por otra parte, poco desarrollado el órgano frenológico de los tonos, pudiendo decir, como Voltaire: la musique c'est de tous les tapages le plus supportable.

Es una fatalidad como cualquier otra, que me priva de un placer inocente más en la vida.

Te contaría á este respecto algo muy curioso, un triunfo de la frenología, ó en otros términos, la historia de mis padecimientos infantiles por la guitarra.

(1) Y te la contaría á pesar del natural temor de que (1) Mi madre conserva entre sus papeles, empastado en gro de aguas bianco, un Método para aprender la guitarra, escrito por mi á los doce años.