Página:Una excursión a los indios ranqueles - Tomo I (1909).djvu/363

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das que deben darse en el primer caso, y en el segundo y tercero las prendas y el auxilio de la fuerza.

Sólo los caciques y los capitanejos tienen más de una mujer.

La más antigua es la que regenta el toldo; las demás tienen que obedecerle, aunque hay siempre una favorita que se substrae á su dominio.

Las viudas representan un gran papel entre los indios cuando son hermosas.

Son tan libres como las solteras en un sentido, en otro más, porque nadie puede obligarlas á casarse, ni robarlas.

De manera, que las tales viudas, lo mismo entre los indios que entre los cristianos, son las criaturas más felices del mundo.

Con razón hay mujeres que corren el riesgo de casarse á ver si enviudan.

El cacique Epumer está casado con una viuda y no tiene más que una mujer.

Yo la encontré muy hermosa (1) é interesante, y en una visita que la hice me recibió con suma amabilidad y gracia.

Es una india cuyo porte y aseo sorprenden.

¡Viuda había de ser la que lograse dominar á un hombre como Epumer, bravío, impetuoso, tremendo!

Terminaba Mariano Rosas sus lecciones ranquelinas, cuando llegó su hijo con Camargo.

—Teniente—le dijo,—vaya, dígale á Epumer que he sabido que Blanco ha llegado y que anda hablando lo que no debe ; que lo cite para la junta que debe haber, y que si no calla ya sabe.

(1) Con permiso de los que pretenden que los gustos se pueden discutir.