De Tremencó se pasa al Médano del Cuero.
De allí al Cuero mismo hay dos leguas.
Esta laguna tendrá unos cien metros de diámetro.
Su agua es excelente, y durante las mayores sequías allí pueden abrevar su sed muchísimos animales, sin más trabajo que cavar las vertientes del lado del Sur.
En la Laguna del Cuero ha vivido mucho tiempo el famoso indio Blanco, azote de las fronteras de Córdoba y San Luis; terror de los caminantes, de los arrieros y troperos.
Ya te contaré cómo lo eché yo del Cuero con unos cuantos gauchos, sin cuya circunstancia me habría encontrado con él en sus antiguos dominios.
Este episodio tiene su interés social, y les hará conocer á muchos que no salen de los barrios cultos de Buenos Aires, lo que es nuestra Patria amada, en la que hay de todo y para todo; un negro que mate una familia entera por venganza y por amor, y un blanco que mate un gobernador también por amor á la libertad, después de haber sostenido con su brazo viril la tiranía.
Mientras tanto, te diré que los campos entre el Río 5.° y el Cuero son diferentes. Ricos pastos abundantes y variados; gramilla, porotillo, trébol, cuanto se quiera. Agua inagotable, leña, montes inmensos.
Un estanciero entendido y laborioso allí haría fortuna en pocos años.
Pero del Cuero á Río 5.º hay treinta leguas.
Que le pongan cascabel al gato. De allí á los primeros toldos permanentes, hay otras treinta leguas, y los indios andan siempre boleando por el Cuero.
Estoy esperando las mulas que se han quedado atrás, y reflexionando en la costa de la laguna si el gran ferrocarril proyectado entre Buenos Aires y la Cordillera no sería mejor traerlo por aquí.