SOBRE FEMINISMO
santes que muestran que la mujer, para sostener pesos, en ciertas condiciones, tiene más resistencia que el hombre (como tiene más resistencia orgá- nica para muchas otras cosas: para el insomnio, para las pérdidas de sangre, para ciertas enferme- dades). Aún en ese orden, de la fuerza física, es, pues, diferencia; no sólo superioridad. Y con mayor razón, en el de la potencia psicológica, es fácil encontrar, en las características que podrían considerarse femeninas, algunas favorables para el ejercicio de muchas profesiones y empleos: por ejemplo, la tendencia a lo concreto y a lo perso- nal ¡en cuántas profesiones y funciones sociales no viene bien!: desde luego en la enseñanza, don- de, según una frase acertada de Altamira, se co- noce a los buenos profesores en que dan más im- portancia a las personas que a las materias. Pero no sólo ahí; en cualquier parte donde importen lo individual, las relaciones personales, tiene indi- cación especial esa que parecería una cualidad muy femenina; por ejemplo, para dirigir, supon- gamos, cárceles, manicomios, hospitales, con la máxima preocupación por las personas. Y ese es también un aspecto importante de profesiones co- mo las de médico, abogado... También están en análogo caso ciertas cualidades, como la preocu- pación de los detalles concretos, que no falta al hombre, sin duda, pero que, si se buscan carac- terísticas diferenciales, podría parecer más de la mujer...
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