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Página:Viaje al Interior de Tierra del Fuego (1906).pdf/93

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Esa cadena, pues, era indudablemente el cordón que costea la costa Norte del Fagnano.

—Llegar?—Imposible!

Ya apenas quedaban fuerzas para volver; no se podía abandonar los caballos que quedaron atados entre los árboles; los abrigos habían ido quedando en el camino y con los caballos estaban todas las provisiones.

¡Cómo nos habian engañado las montañas!

Todos nosotros, al salir, estábamos seguros de ver el gran lago desde esta cuchilla y sólo encontrábamos esa cadena enorme que se alzaba delante.

Sobre un tronco caído, uos sentamos en fila, á descansar.

Al llegar á este punto se ocurrirá preguntar porqué era mi empeño en llegar al Fagnano.

La respuesta, es sencilla.

Este lago está considerado como una de nuestras más hermosas joyas, por todos los que lo han podido ver que son contados. Claro que, nosotros también, estando tan cerca, deseáramos visitarlo.

Existía, además de esto, un motivo mayor.

Estando la parte llana cubierta de robles, eu su mayor parte inexplotables en el estado actual de la industria en el Sur, y extendiéndose los mejores montes en el interior, pero inexportables por la clase y extensión del terreno que es necesario recorrer para llegar á los puertos, no teniendo otra salida más económica que el Fagnano mismo, lo primordial; es conocer las facilidades con que las maderas pueden salir á las costas de dicho lago.

El viaje de mi predecesor Nordenskjöld, tuvo por uno de sus principales resultados, determinar la existencia de valle ó abra, que se extiende desde el Sur del lago Ch'eépel hasta el Fagnano mismo, lo cual, aunque no encontrado con el objeto con que yo buscaba las comunicaciones, establece claramente un camino fácil para la salida de las maderas, pero dada la longitud del lago, este no es suficiente, por lo que las salidas más al Oeste, ó sea, más próximas á la desembocadura del lago, beneficiando á la parte occidental del territorio, disminuyen el camino de su riqueza.

Era esta la principal razón.

—Volvamos?

—Sí, pero antes quiero hacer constar una observación.

Muchos de los mapas argentinos de Tierra del Fuego, traen escrita —sobre el lugar que estamos pisando, esta anotación: Montañas y bosques, casi impenetrables...» Como Vds. ven, esto es perfectamente accesible. Si nosotros no llegamos al Fagnano, no ha sido por culpa de la naturaleza, sino de la mojadura que desde ayer tenemos encina. Hemos hecho la parte más penosa en estación muy avanzada, pero la hemos hecho. Volvemos, precisamente, desde el punto en que el camino empieza á hacerse más fácil, pues que ahora baja. Sin embargo, hemos elejido la parte más difícil. También, cuando se hagan á un lado los árboles caídos