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agiten el espíritu ni detengan el pié, — se marcha libremente sin temor de asechanzas naturales, porque no hay como en el Chaco, espinas á cada paso ó serpientes de mordedura mortal.

La naturaleza es allí pródiga y bondadosa, porque ofrece al hombre sus dones casi sin esfuerzo ni sacrificios.

Si allí hubiese mucho frio y cayese copiosa la nieve en invierno, la naturaleza animal y vejetal no estaría representada de una manera tan acentuada y metódica.

Algunos pájaros del clima cálido, que no pueden soportar las bajas temperaturas, como el pica-flor, que hemos visto allí con asombro, teniendo en cuenta la esquisita delicadeza de su organismo y temperamento, podrian tal vez emigrar para guarecerse en latitudes mas templadas durante la estación fria, pero es que en esos parages pasan los dias de su vida muchos otros seres, menos favorecidos por Dios, que no poseen el don celeste de salvar las distancias, ajitando sus alas leves.

Peces de piél desnuda y moluscos que perecerían si las aguas enfriándose mucho paralizasen sus corríentes y se helaran. Infelices saposy ranas, cuando debajo de las piedras se encontrasen aprisonados entre cristales de agua. ¿Que sería, también, de los desdichados tópos que caminan lentamente sin poder levantarse una pulgada de la tierra á la que están como pegados?

Desastroso sería, pues el fin de muchos animalejos que respiran por vias pulmonares y cuyo organismo se nutre solo por la circulacion de algunas gotas de sangre y que no podrían procurarse el alimento necesario ni