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con paciencia a que volviera del Cármen el mensajero que debia traerles la respuesta del gobernador.

Por fin, al cabo de dos meses tuvo la contestacion de don Francisco Viedma. Ordenábale que siguiera su interrumpido viaje, i que para alejar los motivos de contienda entre su jente i los naturales hiciese regresar al Cármen los peones con todas las caballerías que llevaba. Villarino que sabia de cuanta necesidad le eran los caballos i peones, habria querido hacer sus observaciones al gobernador; pero temiendo que un retardo de tiempo en la estacion en que cesan las lluvias hiciera disminuir el agua del rio hasta serles imposible navegarlo, se decidió sin demora a ejecutar las órdenes de Viedma.

El 20 de diciembre se pusieron nuevamente en camino. Por esta parte el rio semeja una inmensa serpiente que va desarrollando sus numerosos anillos entre las farellones de que están sembradas sus orillas. Para doblar estos recodos les era preciso llevar a la sirga las chaluchas, luchando sin cesar con la corriente, porque las velas de nada les servian. Una multitud de pequeños islotes que parecen sobrenadar en la superficie aumentó las dificultades de la navegacion, así fué que en diez dias solo habian avanzado veinte i cuatro leguas.

En el paraje a que llegaron al cabo de este tiempo, encontraron varios indios que voluntariamente les prestaron auxilio en su fatigosa tarea. Segun decian, habitaban la falda oriental de la gran cordillera. Villarino supo de ellos que el rio Negro era navegable hasta el pié de los Andes, punto que fácilmente podia comunicarse con Valdivia, i que la laguna de Huechun-lauquen, (laguna de la frontera o del término) hácia donde se dirijian, estaba mui cerca de Valdivia.

Durante algun tiempo caminaron en buena armonía los indios i españoles, prestando aquellos varios servicios a la espedicion i suministrando a Villarino las noticias que sabian de la parte superior del rio i de los escollos que debia evitar en el camino. Asegurándole que la laguna de Huechun-lauquen, en cuyos alrrededores tenian ellos sus habitaciones, no distaba de Valdivia mas que dos jornadas. Los datos suministrados por aquellos indios contribuian no poco a confirmar en el ánimo del jefe de la espedicion la esperanza de obtener el logro de sus deseos. Es de advertir que esta jente hablaba de los limites de la provincia de Valdivia, puesto que desde la ciudad de este nombre hasta Huechun-lauquen hai seis dias de buena marcha.

Los españoles luego tuvieron ocasion de conocer que sus compañeros bajo la apariencia de una amistad sincera ocultaban la mas grande aversion hácia ellos. Cuando Villarino les negó el licor que