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Encontraremos mas tarde un caso análogo en el desaguadero de Nahuel-huapi.

Así, en el estado presente, todo lo que dieron esas espediciones; es un conocimiento de la estension de terreno desde Puerto-Montt hasta una parte del lago de Nahuel-huapi, sin arrojar ninguna luz sobre la parte oriental ni tampoco sobre el desaguadero, que he tenido la suerte de esplorar.

IV.
Puerto-Montt.—Colonizacion.

Como no solo mi proyecto abraza un interes científico i mercantil, sino tambien humanitario, por cuanto conduce a facilitar la colonizacion de aquellas rejiones, haciendo afluir a ellas los brazos i las capacidades de que tanto necesitan para su futura importancia, he creido conveniente tocar, aunque sea por incidencia, la colonizacion; a fin de que si esta publicacion llegase a Europa, aparezca allí con el doble carácter de dar a conocer lugares hasta ahora inexplorados i de exitar a nuevos trabajos que conduzcan al fomento de la colonizacion en el sur de la República.

El 25 de mayo de 1862 me embarqué en Valparaíso; traia conmigo a don Enrique Lenglier, jóven francés, antiguo alumno de la Escuela Politécnica de Francia, que por una serie de circunstancias habia venido a Chile i que queria participar de mis aventuras; necesitaba una larga permanencia en Puerto Montt para hacer los preparativos necesarios, a fin de reunir todos los elementos favorables para la empresa, i no tener que reprocharme si esperimentaba un descalabro. Conocia ya a Puerto-Montt ántes de esta última época. Hé aqui lo que era, en el mes de mayo de 1862, esta hermosa villita, cabecera de la colonia, que ya ha realizado en parte las esperanzas que tenia el derecho de abrigar el Gobierno por los sacrificios que ha hecho.

Las ventajas de llamar la emigracion hácia un país desierto relativamente a su estension, eran demasiado notables para que se escapasen a la penetracion del Gobierno. La empresa no era tan fácil, porque Chile se encontraba demasiado léjos de los grandes centros de emigracion para poder pretender la preferencia que le disputaban todos los países bañados por el Océano Atlántico en el Nuevo Mundo: era preciso ofrecer al emigrante, en compensacion, concesiones superiores, siempre onerosas para el Gobierno de una nacion que trabaja por colocarse entre los pueblos mas civilizados: ademas, el prin-