cubrian el lago, no permitían distinguir el mas pequeño pedazo del horizonte: habiamos dejado una porcion de carga en la mitad del camino desde el último campamento; fué preciso mandar a todos los hombres en busca de ella ántes de pasar mas adelante. Salieron a las cinco de la mañana. Este dia, nos vimos obligados a pasarlo en la inaccion; cuando digo inaccion, se debe entender respecto de caminar adelante, porque, aun cuando acampabamos, teniamos siempre algo que hacer, aquí mismo, sino hubiesemos tenido necesidad de mandar a la jente, siempre habria sido preciso esperar que los carpinteros construyesen los remos para los botes de guta-percha i para la embarcacion de mi última espedicion que hallamos en bastante buen estado, es verdad, pero privada de todos sus útiles. La escopeta tambien estaba mui sucia, la habia mandado limpiar al armero de la Colonia, ántes de mi salida, pero era tan húmedo el clima, que con esos ocho o diez dias de viaje i de mansion en unos focos tan grandes de humedad, se hallaba toda mohosa. Teníamos grande interes de conservarla en buen estado porque para el viaje que haciamos, los víveres que nos podian venir del cielo en forma de plumas o del suelo en forma de pelos, no eran despreciables. Cada vez estaba mas contento con la direccion del buen Vicente Gomez, solamente nos incomodaban mucho los gritos de cólera í el olor fétido del jefe de nuestro jénero cabrio, el cabro, que se irritaba al ver rechazadas sus solicitaciones amorosas por sus compañeras de cuernos largos.
A las once i media llegaron los peones; a medio dia, armé los botes de guta-percha; eran mui livianos i no obstante se comportaban bien en el agua: se componían de un sistema de curvas articuladas entre si, sobre una quilla de ocho pies de largo que, al plegarse, les permitía juntarse unas con otras, i ocupar un espacio mui reducido; el forro esterior de guta-percha, era la mitad de una elipsoide; se aplicaba al esqueleto, i se sujetaba por medio de cuerdas que pasaban por unos ojales i unos agujeros abiertos en la estremidad de las curvas. Hice amarrar juntos dos de estos botes; un bogador colocado en cada uno, manejaba un remo i hacia avanzar el sistema que era mui liviano i poco celoso a causa de los tubos de aire que tenian a los lados. El ensayo nos satisfizo, i esperábamos sacar un gran partido de estos botes para acelerar nuestro trasporte al otro lado del lago.
La lluvia continuaba, i sin ella i algunas ráfagas de vientos contrarios que se sucedian sin interrupcion, podriamos haber comenzado el embarque; la sola ventaja que traia esa lluvia, era que los mosquitos que habian principiado a incomodarnos en las orillas del lago de Llanquihue,