Página:Viaje en las rejiones septentrionales de la Patagonia.djvu/75

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hacia salir del agua caballos ensillados i enfrenados, i para corroborar su historia, agregó Pedro que una mañana, habiendo bajado al mar para mariscar, con otro amigo suyo; entregándose a este noble ejercicio, encontró muerto un caballo marino que talvez habia servido a algun brujo, el caballo tenia la boca lastimada con el freno, manchas blancas i negras, pero las patas mui cortas como las de un lobo marino ¿que hizo entónces el buen Pedro: se alejó acaso santiguándose? no tal, Pedro como buen chilote, era comerciante hasta la punta de las uñas, ayudado de su compañero, encendió fuego, e hicieron aceite con el caballo del diablo, que despues vendieron mui bien.

Apropósito del espíritu calculador de Pedro, voi a contar otra historia. Pedro era mi fiel Acates cuando pasabamos el boquete, yo abreviaba el fastidio del camino, sacando de tiempo en tiempo un salchichon de mi bolsillo; cortaba un pedazo i preguntaba a Pedro si deseaba comer. Pedro me respondia siempre 'mas tarde señor.' En fin, despues de haber llegado al campamento, habiendo renovado por última vez la misma operación i hecho a Pedro la misma pregunta, me contestó: si señor, i viendo su sorpresa al darle una sola tajada, le pregunté la causa, i me contestó con el aire mas injenuo del mundo, que en el camino había contado, que yo le habia ofrecido cinco tajadas de salchichon, que en resumidas cuentas yo se las debia, i que descontando la que le daba, faltaban todavia cuatro. Este razonamiento me pareció tan estrambotico, que regalé a Pedro el resto del salchichon: quien cortándolo en pedazos iguales a los que le habia dado sacó siete u ocho.

Si le hubieramos dejado a Pedro, con sus narraciones no habia concluido nunca; dejaba atras a la sultana de las Mil i una noches, i sin embargo, no tenia, como ella, una espada de Damocles sobre la cabeza. Nos dijo que los brujos no solamente eran aficionados a los caballos que salian del agua, sino que tambien cuando tenian necesidad de una embarcacion, con un silbido, se le presentaba una, i lo que les hacia falta era el poder escribir español para hacer sus negocios, i que hace como diez años, uno de sus primos hermanos que habia aprendido a leer i escribir en Ancud, yendo con su padre en un bote; pasaron cerca de una embarcacion de brujos, estos que conocian de reputacion la buena letra del jóven, se pusieron a silbar; el hijo se echa al agua, i vuelve a aparecer algunos instantes despues en la embarcacion de los brujos, que a la fecha deben mantenerlo encerrado en una caverna, teniendo por ocupacion el arreglar la contabilidad comercial de estos caballeros.