Página:Viajes de Fray Francisco Menéndez a Nahuelhuapi.pdf/34

De Wikisource, la biblioteca libre.
Ir a la navegación Ir a la búsqueda
Esta página ha sido corregida
— 20 —

Su "Historia General" se ha aprovechado en abundancia de los conocimientos especiales, que adquirió en estos viajes sobre la parte austral del pais, de modo que ofrece una fuente fecunda, i muchas veces única, de informacion sobre la historia i jeografía antigua de estas apartadas comarcas.

Mientras el viaje de Flores a Nahuelhuapi debia quedar necesariamente sin resultado, el de Rosales obedecia a un objeto esencialmente práctico, por lo que fué coronado de éxito. Este se diferenciaba ademas de aquel por hacer su entrada por el antiguo camino de Villarrica.

Despues de las celebres "paces del Marques de Baydes", hechas en 1641, el territorio de Arauco convulsionado por contínuas guerras, rebeliones i desastres, desde la pérdida de las seis ciudades a fines del siglo anterior, entró en un período de quietud i bienestar relativos, en que preponderaba de nuevo el influjo español sobre los indios mantenidos a raya. Las dos naciones comerciaban libremente, entrando cada una sin recelo a las tierras o ciudades de la otra (Olivarez) [1].

Se fundaron en este tiempo el fuerte i la mision de Boroa, situado en el corazon de la Araucania al Sur del rio Imperial, en que el padre Diego De Rosales ejercia su ministerio de misionero. Estando pacificado el pais, quedaron desde este punto de nuevo accesibles para los españoles el sitio de la destruida Villarrica i el camino al traves de la Cordillera. Desgraciadamente, sea por el jenio turbulento de los indios o sea por la codicia de los jefes militares de la frontera, segun asevera Rosales, este estado no fué de duracion. Los capitanes de la frontera mandaban, en tiempo de los gobernadores Martin de Mujica i Antonio de Acuña, espediciones armadas contra los indios con el fin de "maloquear", es decir, de hacer esclavos que se vendian a alto precio. Se dirijian de preferencia contra los puelches i pehuenches, que vivian al oriente de la Cordillera, i a Huanehue (Vanegue de Rosales, hoi Panguipulli), para no agraviar a los indios de la vecindad. Aun en el lejano archipiélago de Chiloé los mismos gobernadores no desdeñaban hacer con el mismo objeto sus "entradas" los indios de la otra banda, segun veremos mas adelante.

Rosales enumera cuatro o cinco de estos malones que los jefes militares de Boroa hicieron contra los puelches en el espacio de dos años.

Refiere tambien, con su acostumbrada minuciosidad, como los mal armados puelches se defendian contra estas agresiones encastillándose en los fuertes de peñascos, preformados por la naturaleza i abundantes en aquella tierra áspera. Otras veces los indios se refujiaban en las numerosas cuevas que habia, en cuyo caso los españoles recurrian al arbitrio cruel de desalojarlos por el humo de fuegos encendidos a la entrada, lo que hace

  1. Historia de la Conpañia de Jesus en Chile, 1354, p. 395. Colecciosn de Historiadores, t. VII.