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El Diario lo remití al Padre Guardian de Ocopa Fr. Manuel Sobreviela [1], y lo presentó al Exmo Señor Virrey Dn. Theodoro de Croix, y su Exa dió orden al dicho Dn. Francisco Hurtado para que nos ausiliase a fin de que se adelantase el descubrimiento empezado [2]. Ya estaba en Quiquel con quarenta y nueve hombres para marcharme el dia siguiente a la Natividad del Señor quando recibi una esquela del Padre Presidente de la Mision Fr. Francisco Conejo [3] en la que me dice, que tiene noticia que havia llegado Governador nuebo, y que hasta saber su voluntad que no siguiese el viage. Assí lo hice y el Sr Dn Francisco Garos [4] que fué el que vino a mudar
  1. Volveremos a encontrar a esta importante i meritoria persona, que era influyente en la corte delos vireyes i decidido protector de Menendez, en la "Razon de lo acaecido", que se halla anexa a los diarios de sus viajes a Nahuelhuapi. Cuando publiquemos éstos, diremos algo sobre sus antecedentes i méritos.
  2. Llama la atencion que el virei insistiera contra el parecer del gobernador, en la prosecucion de los descubrimientos. Es efectivo pues lo que afirma el autor en la introduccion a estos viajes, que el gobierno de España tenia un interes especial de fomentar estas esploraciones, i que le comisionaba, no tanto para buscar a los Césares, como se lo atribuian Moraleda i los mismos miembros de su órden, sino para ensanchar la jeografía de estos vastos dominios i vijilar que no fuesen ocupados clandestinamente por alguna potencia europea.
  3. No poseo datos sobre este padre presidente. Debe haber llegado de Ocopa posteriormente a Menendez i Agüeros.
  4. El nuevo gobernador don Francisco Garos naufragó en la fragata "Nuestra Señora de Balbanera", al llegar a Chiloé sobre las peñas de Guapacho el 23 de diciembre de 1788. Moraleda relata los incidentes de este naufrajio [n 1].

    El buque, la carga i los equipajes se perdieron completamente, pero no hubo que lamentar pérdidas de vidas. Ademas de varios empleados venian con el gobernador 31 hombres de tropa veterana, que fueron los


  1. l. c. p. 234.