¿Midió RIZAL todo el alcance de su libro? ¿Presumió que iba á causar tan honda impresión en su país? Supo, sí, que hizo algo; guió- le un fin más elevado que el de limitarse á escribir una obra de entre- tenimiento; pero tenemos por indudable que no llegó á imaginarse, al dar la última plumada, que con su Noli me tángere iba á conmover el espíritu de su patria, á prepararla para una revolución transcen- dental. Por Marzo del 87 escribía desde Berlin á un su amigo[1]:
«Mon cher ami: dans votre dernière lettre vous vous plaigniez de mon silence. Vous avez raison: l'oubli c'est la mort de l'amitié; seulement je dois ajouter que pour une vraie amitié il n'existe point d'oubli, et je vous en donnerai la preuve tout de suite.
- ↑ La minuta de esta carta hállase en el cuaderno de Clínica, después de un estudio literario intitulado Essai sur Pierre Corneille y de la traducción de un cuento fechada en «Berlín, le 5 Mars 1887».
Y tembló la opresión. Himno de muerte
Parecía el rugido de sus armas,
Y en su mismo estertor… ¡ay! frente á ella
Irguióse su conciencia: ¡cuán manchada!
Entonces, al clangor estrepitoso
Que producían, al herir, las balas,
Veía al pueblo defender sin miedo
La idea que tus párrafos inflama.
Veíale surgir grande, potente,
Dispuesto á perecer en la demanda,
A recabar con sangre de sus venas
Su libertad y su honra conculcadas.
Y fué obra tuya, tuya solamente:
Que, sin ti, aún no viera nuestra patria
Roto el dogal que la estrujaba el cuello,
Y en sus cielos brillando la alborada.
¡Ah!… mucho hiciste. Verbo del opreso,
Anatema al poder, tus hojas santas,
Al irradiar en los cerebros muertos,
De la opresión libraron una raza.
Te cierro ya. En la noche de su sueñio
¡Paz al patriota que escribió tus páginas!
Dile que sus hermanos no le olvidan,
Que en cada pecho se le erige un ara.
«No llores, de la tumba en el misterio,
Del español el triunfo momentáneo;
Que si una bala destrozó tu cráneo,
¡También tu Idea destrozó un imperio!»