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voluntariamente, y se enredan en mil lazos, de los quales no podrán jamás verse libres. Dices que eres bastante prudente. Bien veo que conoces en efecto el punto justo del bien, y te conformas desde luego con él; pero vencido por tu debilidad, y fatigado muy presto, apenas permaneces en él un mes entero. ¿De qué te sirve, pues, un conocimiento del qual sacas tan poco fruto?
XVIII.
Mi discípulo Hoei era hombre de gran prudencia : él sabía hacer distincion de las cosas entre ellas, y descubrir el punto de su perfeccion. Quando habia adquirido una virtud, la abrazaba estrechamente, la apretaba contra su pecho, y jamás la abandonaba.
XIX.
Se encontrarán hombres que sepan gobernar facilmente Imperios: se hallarán que tengan bastante firmeza para rehusar las riquezas y las dignidades; y se encontrarán, puede ser, que marchen impunemente sobre puntas aceradas; pero sin un trabajo contínuo, y sin contínuos combates, no podrán sostenerse en el justo medio de la virtud, aunque éste puede descubrirse al primer aspecto.
XX.
¡Quán grande era la sabiduría del Emperador Chun! Él desconfiaba de su propio juicio y