[90] | [91] |
giendoos por esta indiferencia, no indignandoos contra este desprecio, y permaneciendo contentos con lo que habeis hecho, dichosos con lo que poseéis, tranquílos sobre lo que no os toca, y que depende de la opinion de los otros.
LII.
En donde los discursos están prevenidos, y las exterioridades son lisongeras, no hay que buscar la providad.
LIII.
Si el sabio tiene el exterior de un hombre ligero: si sus gestos son desordenados, sus movimientos indecentes: si gusta de correr inconsideradamente por el pueblo: si parece que solo se ocupa de bagatelas y placeres: no logrará tener ascendiente sobre los suyos: todos mirarán sus ridiculeces, y él se hará despreciable, y perderá bien presto el fruto de las ciencias, que tanto estúdio y trabajo le habrán costado.
LIV.
No contracteis alianzas con gentes que valen menos que vos, porque de ellas os resultará daño, y ningun provecho. Inclinaos á los hombres que valgan mas que vos, y haceos honor de imitarlos.
LV.
Acordaos de la flaqueza humana: es propio de nuestra naturaleza el caer, y cometer fal-