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cido despues, que me engañaba. Yo escucho aun; pero exâmino si las acciones corresponden á las palabras.
XCIX.
Un Magistrado que no ha tenido jamás tacha en su conducta, obtiene, aun despues de su muerte, un título honorable. Esto, porque amaba el estúdio, se complacia en instruírse: no despreciaba á los Magistrados inferiores; y en fin, porque no desdeñaba el consultar con las gentes del pueblo. Tanta modestia le adquirió unos honores, que aun le acompañan en el sepulcro.
C.
Con los amigos antiguos es menester tener los mismos miramientos que con una amistad que empieza.
CI.
Reflexîonad desde luego lo que intentais emprehender, pesad maduramente las cosas, y exâminarlas mas de una vez. Despues de esto, no os detengais ya. ¿Por qué habeis de perder el tiempo en deliberar, quando se trata de executar? Vos vais á pecar, por un exceso de prudencia, contra la prudencia misma.
CII.
En los malos aborreced el crimen. Pero si vuelven á la virtud, recibidlos en vuestro seno como si jamás hubieran tenido defectos.