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Página:Vida y pensamientos morales de Confucio (IA BRes1115932).pdf/64

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CXXIV.

El hombre honrado está siempre pacífico, igual y tranquilo; pero el malo vive siempre en la turbacion é inquietud; y dolores secretos devoran su corazon.

CXXV.

Si el Magistrado cumple hácia sus padres con las obligaciones que la naturaleza le impone; los subditos, á su exemplo, se disputarán entre sí la preferencia en la observancia de la virtud. Si acoge á los hombres, cuya edad y mérito hacen respetables; el pueblo respetará á los sabios, y á los ancianos.

CXXVI.

Sabio Magistrado, prefiere las funciones de conciliador á las de juez. Yo puedo, como otro, oír, y juzgar á los litigantes; esto no es dificil. Pero acordar á los hombres entre ellos, y evitar los procesos y rencores; ve ahí lo que es dificil y glorioso.

CXXVII.

El páxaro, próxîmo á morir, no tiene sino una voz lúgubre y lamentable; pero en la hora de la muerte es en donde hace oír el hombre la voz de la verdad.

CXXVIII.

Encomendad al pueblo la observancia de las leyes, y no el