consumada habilidad de Agrelo, de la variedad de sus recursos y de su inflexible severidad en el curso de aquel ruidoso proceso.
Agrelo consiguió también regularizar la recaudación de los impuestos atrazados que retenían los comerciantes españoles, recurriendo a artimañas ó pretextos frívolos, con el objeto de dificultar la marcha del gobierno: debido á sus esfuerzos éste recibió en sus arcas ingentes sumas de dinero.
Hacia esa misma época, y á indicaciones suyas, el gobierno creó una Comisión extraordinaria de justicia, cuya dirección se confirió al mismo Agrelo, á fin de reprimir prontamente los crímenes que día á día se sucedían al amparo del estado de conmoción general de la sociedad; y á que daba lugar, por otra parte, la mala administración de justicia y los procedimientos morosos que había legado la extinguida Audiencia á la nueva Cámara de apelaciones.
Agrelo perteneció también al grupo de ciudadanos que formaron la Sociedad Patriótica, asociación que se proponía difundir los principios democráticos, y llevar adelante la Revolución