tingue en tener las aletas absolutamente sin pelo, sus pies están divididos en cuatro dedos palmeados, y tiene vestido el cuerpo de una especie de pluma espesa, larga y de color ceniciento, y tan ensortijada y suave, que parece lana.» Molina.
Quetho, en araucano, es cualquier cosa destroncada.
Lenz, n. 1212, y Román bajo la forma quetro.
Queule. m. (Adenostenum nitidum).
«Acuerdóme del quelu, que es una fruta muy dulce, pequeñita, entre colorada y amarilla.» Ovalle. «El queul es un árbol de robusto tronco, que crece como el roble; es muy copado y da una fruta parecida al limón ceuti en el tamaño y más amarilla que él; cómese cruda o asada al rescoldo, y de cualquiera suerte es gustosa; el hueso es sólido y liso, del tamaño de una avellana; la madera es incorruptible, de que se hacen obras de ensambladura..» Rosales.
«Los habitantes del país conocen las lúcumas silvestres bajo los nombres de bellota, queule y chañar. El queule, que crece más de cien pies en alto, echa las hojas ovales, de seis o siete pulgadas de largo y de un color verde brillante; sus frutas son redondas, de un hermoso color amarillo...» Molina.
Tal es la forma única que hoy prevalece. Alcedo escribe malamente keule. En araucano, del cual procede esta voz, se pronuncia queuli, según Havestadt, y queul, al decir de Febrés.
Lenz, n. 1213, y Román.
Quiaca, f. (Caldcluvia paniculata).
Arbolillo de la familia de las Saxifragáceas, «de tres a seis metros de alto, con hojas sencillas, oblongas lanceoladas, aserradas; flores pequeñas, blancas, dispuestas en corimbo terminal compuesto. En las provincias del sur de Chile. Sus ramos flexibles sirven de zunchos para toneles.» Philippi.
Algunos le llaman tiaca, pero prefiero la forma indicada por haber sido usada ya por Rosales, a quien siguen Cavada y Román. Los araucanos pronuncian hùyaka.