estímulos mas violentos: y tambien puede haber hombres en este caso, de lo que se han visto algunos ejemplos.
En ninguna de sus operaciones es la naturaleza tan estravagante como en la cópula de la especie humana: en la de los demas animales es mucho mas uniforme.
Solamente en el hombre está el físico dirijido y corrompido por el moral; y son prodigiosas la variedad y la singularidad de sus apetitos y de sus repugnancias. Se ha visto un hombre que se desmayaba á la vista de lo que da mas deseos á los demas hombres; de cuyo fenómeno hay todavía algunos testigos en Paris.
A un principe heredero de una gran monarquía no le gustaba nadą: mas que los piés: y se dice que este mismo gusto ha sido bastante comun en España, davide las mugeres han sabido atraer hácia ellos imaginacion de muchos hombres.
Esta imaginacion pasiva ha producido singularidades cuyas circunstancias son apenas comprensibles. Frecuentemente una muger desdeñosa resiste al gusto de su marido y desconcierta á la naturaleza; y un hombre que seria un Hércules con complacencias, es un eunuco con el desden. En este caso pende todo de la muger, que no tiene derecho de acusar á su marido de una impotencia de la que ella sola es la causa. El ma-