Página:Voz del desierto (1907).djvu/246

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le guillotina porque nadie ha podido averiguar dónde tiene la cabeza, pero el caso se ha dado, de que los artilleros lo agarren á cañonazos, cuando hace de las suyas con la lluvia, secuestrándola en exceso.

Los geógrafos ya se han atrevido á denunciar dónde nace, cómo vive, dónde duerme y qué avenidas, sendas y vericuetos recorre; pero él se ríe de esos ilustres chismosos, echando sus tropillas donde menos se esperaba y dando á los profetas de almanaque colosales bofetadas.

Como á los pájaros con mieles seductoras, ó á los hombres con bellezas apócrifas, le han aderezado la trampa cándida de las rosas náuticas, invitándolo á depositar el ritmo de sus alas y el secreto de sus hélices en la corola de una flor... Con razón que se ría de lo lindo á carcajadas. Ofrecerle en cambio de su soberanía rositas de papel, lá éll dueño único de todos los jardines terrenales y celestes?

Pase eso por bufonada; pero cuando la pedancia de los hombres llega hasta enviarle bergantines de piratas para robarle sus pesebres y arrebatarle las riendas de su reino,