Página:Voz del desierto (1907).djvu/268

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 264 —

har á la armonía con el corazón eterno de las cosas.

Ese regreso al alma cósmica inspira prepotencias de soberanía individual, que al restablecer el hilo directo entre la sensación y el pensamiento, afianzan la fe en sí mismo é incitan á la audacia de la sinceridad.

Caída así de repente la venda pedagógica, se abre para las pupilas un mundo nuevo, donde la luz asombra con su infinita variedad de escalas, y donde el aire se revela con sensibilidades propias, como si estuviese henchido de fuerzas encendidas y de corazones palpitantes.

Fácil es suponer que en tal estado de ánimo, no hay necesidad de pedir prestadas las pupilas al Ticiano, para entender todo lo que dice una aurora en sus gradaciones desde el negro carmesí hasta el blanquecino rosicler.

Soltar las riendas sobre el cuello del caballo, dejar que éste marche paso a paso ramoneando tallos tiernos, y cruzarse uno de brazos para que desde la cumbre nevada de una cordillera remota se le venga encima un