Página:Yslas Falkland ó Malvinas - P. Grimbolt.djvu/42

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rar de la Corte de España, y de hacer los preparativos necesarios para ponerse en estado de hacerse por sí mismo justicia en el caso que su reclamacion no fuese atendida." Como se vé, el gabinete ingles, á pesar del lenguage firme y conveniente que tenía en las negociaciones con la Corte de Madrid, se abstenía á la presencia del parlamento, de hacer intervenir directamente á la España en esta cuestion: á oirlo, no se trataba sino de un asunto de queja contra un gobernador indiscreto. Apocaba la cuestion entre las dos potencias para proporcionarse mayor latitud en los arreglos que se trataban, sin apercibirse que este exceso de prudencia autorizaba á sus adversarios para pretender que sacrificase vergonzosamente los intereses del pais y el honor de la corona, antes que como los azares de una guerra necesaria, pero que podría traer su caida. ¿Era, en efecto, permitido, reducir una diferencia tan grave á tan mesquinas proporciones? ¿Quién podría ver en la expedicion dirigida contra el Puerto Egmont,